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el grano en el medio

LA ENTREGA DE LOS MARTÍN FIERRO.

LA ENTREGA DE LOS MARTÍN FIERRO. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Nada más clarificador que esa frase, cuando nos referimos al tipo de cobertura que puede darse a una noticia/evento, a través de los medios que no se encuentran en veredas separadas, pero sí sobre bases distintas. Y distintos gerentes que los dirigen... con distintos intereses.

En la entrega N°34 de los premios Martín Fierro se evidenció una vez más esa especie, que no por repetida pierde vigencia: la marcada diferencia entre la entrega de los Martín Fierro de Capital y los del Interior.

Si uno observa la transmisión del primer caso, verá glamour, figuras, autos caros y un hotel 5 estrellas con un banquete para 700 invitados, como ocurrió en la entrega del Hilton, en el mes de Junio pasado.

Para la entrega del Interior, la hermanita menor fea, pero que igual hay que llevar al parque, la fiesta y la transmisión parecen antes que una verdadera entrega de premios (si se la compara con su hermana mayor) una imitación de la real. Los costos se reducen considerablemente y también el número de invitaciones. No se puede gastar a cuenta para un acontecimiento de gente que no conoce nadie. O pocos, y encima repartidos en todo el país.

Tampoco se podrán apreciar las personalidades que asisten a la de Buenos Aires, ya que, aún invitadas, no están interesadas en compartir tanto tiempo y espacio con ignotos periodistas, o conductores de radios o televisión, de vaya uno a saber qué canal de cable. "¿Hay canales de aire en el Interior?", dijo una porteña y edulcorada actriz. La mayoría de los famosos nacionales que asiste, parece obligada a sonreir con una mueca mecánica de ferrotipo. Y se les nota la impaciencia por irse de la fiesta. Es cierto, nada es tan redituable en esta transmisión: Cuál es el rating que puede lograr si lo televisa ATC? Difícil que los 27.3 que obtuvo América.

Así es que por la tele, y transmitido por Canal 13, Telefé o América (esta fue su tercera vez), se puede ver el desfile de vanidades encabezado por la eterna Mirta Legrand, la novedosa Florencia de la V, o la popular Susana Giménez. También hay bonitos actores que dedican sus premios a sus famosas esposas y periodistas de prestigio que sacan trapitos al sol como mucamas de conventillo. Por lo menos Magdalena Ruíz Giñazú, mencionó a sus colegas de San Luis, que a la libertad de expresión la tienen como un buen recuerdo. Carlos del Frade siempre se acuerda de los que peor la pasan, como los colegas de LT8 en algún momento. Pero él no sale en la tele nacional.

Nunca será tan interesante un mismo discurso de Gachi Santone, como de Luisana Lopilato. Con el perdón de Gachi.

En la entrega de La Pampa, hace dos años, cuando se escuchaba el agradecimiento de la conductora de "EL lagarto", un magazine de Resistencia, Chaco, nadie salía de su asombro por la curiosa forma de vestir de la mujer. No era Panam, ni Mariana Fabiani: la bautizaron ridícula. No fashion, ni transgresora, ni con "onda". Ridícula.

De Rosario se esperó más de una vez que organice una entrega, con esperanzas de lograr un mejor producto "del Interior", o por lo menos, una participación directa en las actividades que tanto nos gustan: no en vano la televisión es el negocio por excelencia de la comunicación. Acá, en La Pampa y en Buenos Aires. Y Rosario es la segunda ciudad del país, según el propio Intendente de Córdoba, que ya no necesita mudarse a Buenos Aires para saber de qué se trata la inseguridad.

Pero todo quedó en un rumor que endulzó los oídos de muchos integrantes de la gran familia farandulera local. Porque aunque no lo transmitan para Capital Federal, ni signifique un cheque de varios ceros, es una caricia que puede sonar a trabajo reconocido para el profesional, y a calidad de producción para la teleaudiencia.

Menos mal que Charly Bermejo tiene sus Magazines cada año, lo presionamos para que cambie la ¿estatuilla? y ya. No necesitamos más Martín Fierro.

Porque es cierto, en el Interior puede haber muchas capillas, pero la Catedral está en Buenos Aires.

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